Ya era lunes. Había pasado un día. Su destino se había abierto ante sus ojos como una flor en primavera, hace tan sólo 24 horas. Estaba en la habitación del día anterior. Sonó el despertador, era muy viejo, pero una de las pocas modernidades que había en ese lugar. Eran las nueve.
Le habían traído más ropa. Un vestido blanco bastante largo, con encaje plateado. Le sentaba bien, esta vez se dejó el pelo suelto. La melena negra y ondulada que había heredado de su madre. Sus ojos verdes, carecían del brillo especial que les caracterizaban. Sus labios habían cogido algo de color, al igual que sus mejillas. Su aspecto había mejorado un poco.
Alguien entró en la habitación. Chris.
Llevaba puesto una especie de uniforme militar, negro entero.
- ¿No me pega mucho, no? -se acercó al biombo y se miró a si mismo- Un ángel de negro, un poco extraño.
- Eres un ángel guerrero, además, no estás tan mal.
- Es cierto, soy muy sexy. ¿Tú eres una de esas a las que le pone un hombre con uniforme? -enarcó una ceja.
- No sé lo que soy...
- Venga. No te pongas depresiva. Tampoco es tan malo tener magia y poder. Ser parte de una leyenda y salvar al mundo, un mundo en el que están chicos tan geniales como yo, por cierto.
- No es eso, sólo que me pilla de sorpresa. Es demasiado, demasiado que asimilar en un día. Eso sin contar a Jeydon...
- Jeydon está bien, todos están bien. He ido a tu casa sin que me viesen y todos están bien. En tu mundo ni ha pasado media hora. También te traje algunas cosas... -sacó una maleta- Espero que sea suficiente por ahora.
- Oh. Gracias. -le abrazó- Es lo mejor que han hecho por mi en todo el día.
- Ejem, ejem... -era Kyle- Mi padre quiere que te reunas con nosotros en el salón principal.
- Vale. Vamos Chris.
- No. Es mejor que vayas tú sola... -mirándo a Kyle, con cara de ira.
- Chico listo. Sabe cuando sobra. -quita la vista de Chris para centrarse en Jade- Ven conmigo -le coge la mano y se la lleva con él.
- ¿Oye a ti que te pasa? Eres un borde.
- Sí. Lo soy. Hemos llegado. -abrió una puerta gigantesca- Tú primero. - entró y quedo impresionada, había mucha gente. A saber que pretendía Rick.
- Buenas, Jade. Te estabamos esperando.
- ¿Hola? ¿Esto a qué viene?
- Presentaciones y preparaciones varias... ya lo entenderás. Ahora siéntate, tú también Kyle.
- Sí, papá.
- Ya te dije que no me llamases así, Rick por favor.
- Kyle se calló y se sentó al lado de Jade-
- Bien. Primero, deciros que estoy realmente emocionado porque los ocho elegidos están aquí. Conseguí mi cometido y me complace muchísimo. Iré llamando uno a uno, y así os váis conociendo un poco.
Amine Dubois.
Un chico moreno, de pelo oscuro y ojos marrones se levantó. Se puso enfrente de todos y empezó a hablar en francés. De repente, Rick, alzó la mano y nos echó unos polvos dorados a todos.
- Perdonad. No recordaba que no entendíais todas las lenguas. Este hechizo hace precisamente ese cometido. Sigue, Amine.
- Hola. Me llamo Amine y soy francés. Tengo dieciocho. Mi padre es de origen marroquí. Mi elemento es la tierra. Me transformaré en elfo.
Ziva Suárez.
Una chica de cabello castaño y corto, algo bronceada y ojos pardos se levantó. Era algo bajita. Mediría 1,60.
- Buenas. Yo soy Ziva y soy española. Tengo quince años, aunque dentro de unas semanas cumplo dieciseis. Mi elemento es la tierra, como en el caso de nuestro compi Amine. Me transformaré en pixie.
Luigi Rossi.
Un chico muy alto y esbelto, de ojos azules y pelo castaño, con una sonrisa muy bonita, aunque un poco artificial.
-¡Presente! -se rió- Bueno, yo soy Luigi. Tengo veinte añitos. Soy italiano y mi elemento es el agua. Y seré un mirrow.
Jade Stonem.
Me tocaba a mí. Me levanté, respiré hondo y miré a Kyle. Nuestras miradas se cruzaron y sentí una sensación muy rara. Quité la mirada y pude presentarme sin ninguna distracción.
- Eh... Bueno, me llamo Jade. Soy de un pequeño pueblo de Georgia. Tengo diecisiete años. Mi elemento es el agua y por aquí dicen que me convertiré en náyade.
Shu Lalbay.
Un chico moreno, con matices dorados. Pelo y ojos negros. Bastante delgado.
- Hola a todos. Mi nombre es Shu. Soy egipcio. Tengo dieciseis años. Mi elemento es el aire. Seré un nuberu.
Yumi Nagano.
Una chica con el pelo negro, largo, liso y con flequillo. Sus ojos achinados eran negros y su piel, blanca con algunas pecas en la zona de la nariz.
- ¡Hola chicos! Yo soy Yumi. Vengo de Japón. Tengo dieciocho. Mi elemento es el aire. Y me transformaré en sílfide.
Kyle Matthews.
Kyle se levantó. Su cuerpo se movía con una gracia poco común. Con mucha decisión comenzó a hablar.
- Bueno gente, como ya dijo Rick, me llamo Kyle. Vengo de Canadá. Aunque paso más tiempo aquí que allí. Tengo diecinueve. Mi elemento es el fuego y seré un puto dragón escupe-fuego.
- ¡Esa boca Kyle! -Emerick dió un golpe en la mesa- Ya puedes retirarte.
Sisi Kaddour.
Una chica de color, alta y exhuberante se levantó. Su largo pelo liso y oscuro se balanceaba de un lado a otro. Tenía los labios carnosos y los ojos color verdoso.
- Soy Sisi. Soy afroamericana y tengo veintiuno. Mi elemento es el fuego y me transformaré en liminiade.
Se sentó y Rick ya no nombró a nadie más. Ya estaban los ocho elegidos presentados.
Me encantaa!!
ResponderEliminarTienes que seguirlaa!!
Podrias avisarme cuando subas el proximo capitulo¿? :)
claro:)
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